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24-09-2009

The Black Crowes, volando alto


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La banda de los hermanos Robinson se fundó hace 25 años en Atlanta, pero su sentida música siempre miró hacia los grandes clásicos de fines de los 60 y primeros de los 70. Sus peleas han sido casi tan sonadas como las de los Gallagher de Oasis, pero arrancaron con impresionantes discos de r'n'r clásico como “Shake Your Money Maker” o el polémico por su portada, “Amorica”, ambos con influencias de los Faces, Rolling Stones, Lynyrd Skynyrd, Allman Brothers y los nombres clásicos del soul.  Fueron sin lugar a dudas unos de los más grandes del rock’n’roll de los 90 junto a Guns ‘N’ Roses y Pearl Jam. Los más destacados de la tripleta para mi gusto. Tras el flojo “Lions” (01) se tomaron un largo descanso que parecía definitivo. Sin embargo, cuando más olvidados estaban hace unos 3 años empezaron rumores de vuelta muy bien alimentados por trabajos como el doble compacto y DVD en directo “Freak ‘N’ Roll… Into The Fog” o el DVD de la película “Who Killed That Bird Out On Your Window Sill”, con material del 92, vídeos, directos y entrevistas. Casi a un tiempo apareció el todavía más interesante “The Lost Crowes". Se trataba de grabaciones que se daban por perdidas, aunque se había oído hablar de su existencia. 26 inéditos divididos en “Tall” (93) y “Band” (97) con largos desarrollos instrumentales y más experimentación. Muchas de las bandas del posterior rock fumeta o stoner rock matarían por temas así y su capacidad para disiparse libremente creando guapos ambientes. 

Así el pasado año llegó el sorprendente, por su grandeza, “WARPAINT” (Popstock!). Los Cuervos Negros volaban de nuevo y de qué manera. La mala vida, las habituales peleas entre hermanos o deserciones como la del estupendo guitarrista Marc Ford, no han hecho mella en su música. En él, teníamos lo que acostumbraban los Cuervos y a un altísimo nivel. Baladas frescas y emocionantes como "Locust street", "There's gold in them hills" o ese rajo soul en la voz de Chris en la intensa "Wee who see the deep" (no conviene olvidar su triunfo inicial versionando con dureza a Otis Redding). También tenemos blues sureño característico como "Walk believer walk", un gran arranque de puro r'n'r made in Black Crowes como "Goodbye daughters of the revolution", boogie cañero a lo ZZ Top en "God's got it", compuesto por Reverend Charlie Jackson o "Oh Josephine" que es puro Rolling Stones de la época de "Let it bleed". Como colofón un espectacular final con los toques mágicos de folk de Led Zeppelin en la estupenda "Whoa mule". Un trabajo a la altura de su leyenda y con la ausencia de la guitarra de Marc Ford perfectamente suplida por la presencia del gran Luther Dickinson (hijo del mítico Jim Dickinson), alma mater de North Mississippi Allstars, otra banda que conforma lo mejor de estos añejos sonidos. También importante es la aparición del teclista Adam MacDougall. Se quedaron tan a gusto con el disco y la nueva formación que a primeros de año, y dada su afición y su fama de crear buenos y calientes directos, repitieron con “WARPAINT LIVE” (Eagle), un doble con el primer compacto interpretando el “Warpaint” al completo. En el segundo se lo pasan bomba jugando con temas de Rolling Stones, Eric Clapton o Delaney & Bonnie.

Ahora, aprovechando su estado de gracia vuelven con otro doble (con trampa y originalidad) titulado “BEFORE THE FROST…UNTIL THE FREEZE” (Popstock!). Repiten formación y producción con Paul Stacey y lo graban en directo con público, pero en el estudio. ¡Qué tíos! La trampa es que el disco inicial es el estupendo “Before The Frost…”, pero con él viene una tarjeta con una clave para descargarte por la cara el segundo, “Until The Freeze”. Nos ocupamos de “Antes de la Helada” que arranca con “Good morning Captain”, ya con sus habituales coros calientes y sus guitarras echando humo. “Been a long time (waiting on love)” tiene una fuerza brutal y le sigue la estupenda balada a lo Eagles o Poco titulada “Appaloosa” como la estupenda película. En el primer single, “I aint hiding” o “Kept my soul” vuelven a demostrar su maestría para saber combinar esos toques negros a lo Otis Redding con los Rolling Stones del “Let It Bleed”. Siguen con otro guapo tema lento como “What is home?” que nos retrotrae a los mejores Allman Brothers y acaban con “The last Place that love lives”, un guapo final acústico con toques de folk irlandés al estilo de ciertos pasajes de Led Zeppelin. De nuevo las guitarras y la mandolina de Luther Dickinson aportan nuevas sensaciones y en varios de estos temas brilla también la colaboración especial de la pedal steel de Larry Campbell. ¡Un pedazo de disco que te hace ir a por la tarjeta con la clave para descargar el segundo que es casi tan bueno o mejor, pero que dejo para que lo descubras a tu gusto! Todos sus seguidores soñaban con su vuelta, sus incendiarios directos y sus discos, pero pocos se podían esperar que volvieran con esa calidad. ¡Qué vuelen muchos años más a esta velocidad y altura!

Autor: Txema Mañeru

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